Blog do Chico Maia

Acompanhe o Chico

O delito da dignidade: para entender melhor a nossa história

O uruguaio Eduardo Galeano é um dos maiores especialistas em geopolítica das Américas, além de escritor da melhor qualidade. Escreveu mais de 40 livros, o mais famoso, “Veias abertas da América Latina”. Sobre futebol, “Sua majestade o futebol”, e “O futebol de sol a sombra”.

Escreveu por estes dias um artigo sobre o Haiti. Espetacular! Interessa a todos nós, brasileiros principalmente. Conheço muita gente que pensa que o nosso país seria melhor se tivéssemos sido colonizados por franceses, holandeses ou ingleses. Ledo engano!

É preciso conhecer melhor a história.

Este texto do Eduardo Galeano está circulando pelo mundo. Recebi hoje do belorizontino Joaquim dos Santos Neto o “Tóia”, que foi um bom jogador de basquete e depois técnico, profissão que exerce na Suécia atualmente. Tóia mora há muitos anos em Estocolmo e é ligado a organizações humanitárias européias.

Recebeu este texto lá, em espnahol, e nos repassou.

Vale muito a pena ler:

”Los pecados de Haiti”

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.
El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.
La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado… de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.
La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: “El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro”.

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: “Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas”. Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro “puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras”.
La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.
El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.


» Comentar

Comentários:
9
  • Bessas disse:

    Alisson Sol é o CARA!!!!!!!! As vezes travamos duelos por questões clubísiticas, mas sem baixar o nível do blog. Faço isso pra jogar os comentários pra cima, usando a ironia para discordar de suas opiniões. Mas pra quem conhece de história, considero que fez a leitura correta do que o uruguaio publicou.

  • No texto de Eduardo Galeano vê-se nítidamente o viés ideologico (anti-imperialista), já as explicações do Sr. Alisson sol é uma aula de história e geografia política..Parabéns Sr. Sol, gostei mais do seu comentário do que do texto do sr. galeano…Obrigado, viajei no tempo…

  • Frederico Dantas disse:

    O Alisson está certo. Não vai demorar muito para que o Brasil “se transforme” no novo “monstro imperialista latino americano”. Governos populistas e ditaduras estão na moda de novo na América Latina.

  • Alisson Sol disse:

    Que text confuso… Há certamente um problema nos países de colonização européia: muitas pessoas são acostumadas a “seguir a vontade do Rei/Rainha”. Esperam que o Rei lhes diga o que fazer, esperam que o Rei lhes diga o que pensar, esperam que o Rei lhes dê onde morar, trabalhar, etc. Substitua Rei por Presidente, Governador, Prefeito, Gerente, etc., e a frase continua adequada a várias situações. Pior do que os que “esperam a vontade do Rei”, são os que também se acham “Reis”, e acima da lei, de inspeção, etc.

    Mas o texto não toca em nada disto, e só mistura alguns fatos com ficção, demonstrando a vontade do autor de ligar fatores sem qualquer correlação a uma catástrofe natural no Haiti. Japão e Alemanha estavam destruídos há 60 anos e agora ninguém por lá se lembra disto, a não ser nas datas comemorativas. Enquanto isto, há gente no Caribe e América do Sul querendo atribuir deslizamento de morro a ações de algum rei do século 17. Ligar uma catástrofe natural a racismo é um golpe baixo. E nem é original, pois o mesmo ocorreu após o furacão Katrina. Após o furacão, algumas pessoas em New Orleans no EUA voltaram para suas casas e ficaram esperando o prefeito lhes dar o que comer, morar, etc. Outras, mudaram-se para outra cidade, e vivem bem, e nem pensam em voltar. Mas há quem afirme categoricamente que o furação só prejudicou pessoas de cor. Quando há uma enchente em Blumenau, ninguém faz discurso apontando o prejuízo proporcionalmente maior para descendentes germânicos!

    Também é temerário misturar fatos com ficção para endosar um ponto-de-vista, adaptando a verdade à conveniência. Escrever frases como: “Thomas Jefferson dizia que negros eram inferiores…” é pura ficção, criada exagerando-se o fato real de que Jefferson tinha escravos. O sujeito nasceu em um mundo onde toda família branca rica tinha escravos. Aos poucos, foi tomando consciência de que aquilo era errado, e libertando todos os seus escravos. Só não pôde libertar aqueles que estavam “empenhados como garantia de dívidas da família”. Queriam o que? Que o sujeito com um mês de idade fizesse um discurso dizendo que queria todos os escravos da família libertados? Seria o mesmo que dizer que Tiradentes era racista, pois como membro do Regimento dos Dragões de MG, suportava um regime político com economia baseada na escravatura. E a Inconfidência Mineira até já foi criticada também por não declarar que iria acabar imediatamente com a escravatura. Vivemos em um mundo onde não se pode mais querer consertar uma coisa de cada vez: ou se conserta tudo, ou nada. E muita gente escolhe o nada…

    Quando não se pode culpar a “História”, parte-se para “externalizar” os problemas de uma país. Isto está ficando difícil no Brasil atualmente, já que o país virou credor do FMI. Mas que ninguém se iluda: com o Brasil cada vez mais “se acertando”, e países ao redor cada vez mais “se afundando”, é melhor começar a aprender espanhol, pois em breve vão aparecer muitos artigos na Internet culpando o Brasil por todos os males da América do Sul. Não sei como o terremoto no Hairi ainda não foi ligado à missão militar brasileira!

  • marcos romao disse:

    Querido Chico Maia,
    uma boa traducao para o portugues sobre o delito da dgnidade. Seria o crime de ofender a magestade. O ser digno em uma sociedadade que nao lhe reconhece a concicao humana. Toussant L Ouverture o pai da revolucao haitinana no seculo xviii morreu nas masmorras de Paris. Patrice Lumunba foi eliminado pelos Belgas por ter conseguido a independencia do Congo e assim ofendido o rei Belga. Amilcar Cabral foi morto por ofender o general Spindola. E assim por diante. Coloque pra mim os acentos pois no internete cafe aqui do hospital que estou a tecla nao tem acentos nem cedilhas.
    abracos

  • Frederico Dantas disse:

    Uma história como de inúmeros povos e países que foram colonizados e explorados pela metrópole europeia em todos os cantos do planeta.

    A segunda onda de exploração, existente em todo o mundo mas ainda bem evidente na América Latina, é a solapação por ditaduras que duraram até ontem ou que, em outros casos ainda sobrevivem ou estão em franco processo de expansão. É a exploração do povo pelos seus pares.

  • Trapos disse:

    Pô Chico ai vc me desanima!!!

    Tava até interessado no texto, mas em Espanhol, vc chutou o balde…

    Vê ai se não consegue em portugues pra gente.

    Abraços